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Las zonas erógenas

Si sabes tocar, puertas te abrirán.


Para cada persona su cuerpo es su templo, un lugar sagrado donde el dueño decide quién puede tocar y quien puede entrar. Ahora digamos que tú quieres compartir, adueñarte o entrar al templo de alguien. Para eso debes saber cómo tocar la puerta primero.

El cuerpo humano indudablemente es una de las cosas más sorprendentes de este mundo, es sabio, responde a cualquier estimulo presente en el ambiente ya sea aleatorio, provocado o inducido. Y a la hora de las relaciones íntimas el cuerpo sabe comunicar muy bien lo que le agrada, lo que le gusta y lo que le encanta.

Las zonas erógenas podemos definirlas como diversas partes o zonas del cuerpo con un alto grado de sensibilidad sexual y que si son estimuladas adecuadamente haremos de nuestro encuentro sexual el doble de placentero y satisfactorio.

Antes de hablar de las zonas erógenas, es importante mencionar que tanto hombres como mujeres compartimos la mayoría de ellas, por lo que absolutamente nadie debe cohibirse de estimular a su pareja. 

Dividamos las zonas por la intensidad de excitación que causan:

Intensidad baja

Parte interna de los muslos: acariciar o besar esa zona es un buen punto de partida para comunicarle a tu pareja que tienes ganas de menear el chocolate.

Testículos: besar o lamer los de tu novio, marido o peor es nada, lo pondrá como un toro así que prepárate!

Oreja: Susurra algo sexy o muerde el lóbulo, dilatarás hasta los poros.

Intensidad media

Labios: Besar es algo que por excelencia nos calienta, amamos y nos pone apasionados.
Lengua: Jugar con la lengua de tu pareja y utilizar la tuya en el cuerpo de tu pareja es algo que hará gemir sí o sí.

Cuello: una lamida, un beso e incluso una suave mordida son suficientes para que desates las ganas de fornicar de cualquier fiera.

Pecho: acaricia y besa cuando quieras empezar y aférrate fuerte en plena faena. (Cuidado con las uñas chicas).

Pezones o tetillas: Lame, Chupa y muerde suave. Esa zona fue hecha para eso.

Perineo: la zona entre los testículos y el ano, o entre la vagina el ano, lamela y estimula con la yema de tus dedos, tu pareja te pedirá más… y más.

Intensidad alta

Clítoris: Una zona delicada pero súper placentera masajea suave o duro (si a ella le gusta) y destácate con la lengua para que tu chica vea estrellas.

Vagina: Juega suave con tus dedos o con tu miembro, entrando poco a poco, sacando y metiendo, has que tu chica lubrique, que gima. Se volverá loca porque la hagas tuya.

Glande: La famosa ¨cabeza de debajo¨ de todos los hombres, es su punto mayor de excitación, besa, lame y mételo a tu boca si quieres hacer delirar de placer a tu chico.

Todos los cuerpos tienen similitudes y diferencias, por lo que aunque lo dicho anteriormente es como generalmente reaccionan los cuerpos a las zonas erógenas, hay personas que son más sensibles en determinadas partes de su cuerpo por lo que una zona de baja intensidad podría ser de alta intensidad para algunos o de media para otros.

Pero la zona donde más sientes y te gusta, eso lo debes comunicar tú, a tu pareja y también preguntarle a él o a ella lo mismo, no hay nada mejor que hacer lo que nos gusta hacer y que nos hagan los que nos gusta que nos hagan.

Consejo del día: La comunicación es un pilar de la relación, y en la cama tu aliada para triunfar como amante. Di y pregunta lo que excita y que no.

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