El general Alfonzo Ravard, fue un hombre que dedicó alrededor de 30 años de su vida a acciones nacionales, entre las más importantes, destaca la construcción de Ciudad Guayana, que a su vez fue su gran obsesión.
Inicios
Alfonzo Ravard, nació en Caracas el 17 de agosto de 1919. Fue el cuarto de seis hermanos. Hijo de don Santiago Alfonzo Rivas, creador de La Maizina Americana (de la que años más tarde sería presidente), y doña Isabel Ravard. Su familia le inculcó los valores religiosos, intelectuales y morales. Al terminar la secundaria en el Colegio San Ignacio y inició los estudios en la Escuela Militar de Mérida.
A pesar de su labor como militar, decide estudiar Ingeniería en la Universidad de Mérida, solo dura un año en la ciudad lo que le interrumpe los estudios, pero no abandona la idea. Rafael, luego de pedirle permiso al presidente Angarita, continúa sus estudios en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
En 1949 Delgado Chalbaud, decide enviarlo a París, para que realice estudios de Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra. Realiza cursos en Italia, donde complementa sus estudios superiores en Ingeniería y de Estado Mayor. También, hablaba inglés, francés e italiano. En 1964 es ascendido al grado de General de Brigada.
Personalidad
La percepción que tuvo el historiador, Américo Fernández, del general, cuando este era corresponsal del periódico El Nacional fue, “un hombre sereno, tranquilo, accesible y bastante culto, que manejaba varios idiomas”. Su esposa, Corina Wallis de Alfonzo, en el libro “Un hombre, una historia”, lo describe como una persona con un buen carácter, muy dulce e introvertido.
Asimismo, explicó que Rafael en sus ratos libres leía, “desde la mañana con los periódicos, hasta quedarse dormido en la noche con un libro en las manos”, ella consideraba que le gustaba tanto leer hasta el punto de ser su único hobby.
Alfonzo Ravard, supo ganarse el respeto de los siete presidentes de su época, obteniendo el puesto de primer presidente de algunas de las instituciones más importantes de Venezuela, en las que entra la presidencia de la Comisión de Estudios para la Electrificación del Caroní (CEEC), en 1953, la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), en 1963, Electrificación del Caroní (EDELCA), en 1973, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), en 1975.
“Fue un gran político, no un politiquero. Fue capaz de decir sí o no, sin vacilaciones”, así es como el general e ingeniero, Víctor Maldonado, expone cómo Rafael Alfonzo mantuvo su posición sin necesidad de unirse a algún partido político.
Según el Ingeniero Rodolfo Tellería en el libro “Una historia, un hombre”, Rafael visitaba 1 o 2 veces por semana, por al menos 45 semanas al año, las obras para ver personalmente el progreso de las mismas. Explica que al llegar a la construcción Ravard caminaba e inspeccionaba “la obra en toda su extensión, subiendo y bajando escaleras, siempre preguntando y hablando con el personal obrero”.
Ciudad Guayana
Mediante anécdotas, Alfredo Rivas demostró que Ravard conocía a fondo todos los proyectos que tenía en sus manos. La primera anécdota dio lugar en la última reunión que tuvo con Alfonzo Ravard, donde éste explicó su preocupación por Tocoma, ya que se debían hacer dos represas que iban a servir como embasamientos de aguas para casos de sequía, “no entendía por qué EDELCA había desechado esos proyectos”, expresó Rivas.
El 15 de octubre del 2004, se inauguró el tercer módulo de aulas de la Universidad Católica Andrés Bello extensión Guayana, bautizado con el nombre de General Rafael Alfonzo Ravard. Ese mismo año, se publicó un libro titulado “Un hombre, una historia, El General Rafael Alfonzo Ravard”. Donde están plasmadas, historias de Ravard contadas desde el punto de vista de sus colaboradores más cercanos, entre otros. También incluye una biografía, una cronología de su vida y un álbum de fotos.
El profesor de historia, Rafael Marrón y el ex vice-rector, Alfredo Rivas, estuvieron de acuerdo en que la región ha sido malagradecida con el general Rafael Alfonzo Ravard, ya que no existe ningún monumento, colegio, plaza o parque en toda la ciudad en su honor como reconocimiento de su labor. Según el profesor Marrón, el general tuvo un “final muy triste”, luego de cortarle las dos piernas por causa de la diabetes, Alfonzo Ravard murió el 26 de noviembre del 2006, con 86 años de edad, como consecuencia de un ataque cardíaco.
Por @JoselinDLV
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