Se entiende como paz (proveniente del latín Pax), un estado de armonía y quietud que todos deseamos alcanzar, además es la ausencia de guerra y de violencia.
Y... ¡Pues sí! Todos desearíamos convivir en un entorno sólido de tranquilidad.
El día de la paz se propuso inicialmente en el año 1987 en una resolución dictada por la asamblea general de la Organización de Naciones Unidas, en coincidencia con el inicio del período de sesiones. Sin embargo, no fue hasta el año 2001 cuando la misma declaró como día de la paz cada 21 de septiembre.
La intención de esta fecha es reafirmar y fomentar los ideales de paz y sosiego en muchas naciones del mundo tanto las afectadas por las guerras como aquellas que son aquejadas por los ataques terroristas.
Entre la paz y la guerra
“Nuestra cultura ha aceptado dos grandes mentiras: La primera es que si tu estas en desacuerdo con el estilo de vida de otro, debes temerles u odiarles. La segunda es que para amar a alguien tienes que estar en acuerdo con lo que creen y hacen. Ambos están erróneos. Tú no tienes que comprometer tus convicciones para tener compasión”. - Rick Warren
Son sorprendentes las cifras de personas que deciden cruzar las peligrosas aguas del mar Mediterráneo huyendo del conflicto del medio oriente por circunstancias religiosas y políticas. También, como los ataques terroristas han sumado cada vez mayor noticia por lamentables pérdidas materiales y físicas que dejan a su paso, a su vez es inevitable percibir el miedo y la zozobra entre los habitantes de cada país.
Por otra parte, la delincuencia y el crimen organizado son temas que desde tiempos remotos azotan al mundo. Por muchísimas causas nos encontramos entre la paz y la guerra, definitivamente vivimos en un mundo convulsionado.
¿Qué podemos hacer?
Resulta casi imposible erradicar este mal, no obstante es de vital importancia retomar los valores como base del hogar y la sociedad. La crianza debe convertirse en un ambiente tranquilo para los más chicos, lo cual se traducirá en comportamientos y actitudes acordes a un entorno ameno.
Aprender a respetar nuestras diferencias es sumamente necesario, debemos aceptar que cada individuo es un ser único y distinto, con convicciones, creencias y gustos diversos a los nuestros, razones por las que no debe ser atacado.
Desde un punto de vista más personal, debemos poner en practica la asertividad, lo que consiste en manifestar nuestros deseos, sentimientos, y opiniones respetando a los otros y sobre todo a nuestro yo. Además esta herramienta te servirá para comunicarte mejor con los otros, debido a que se interiorizan los posibles escenarios ante tu respuesta y tienes la intención de darte a entender de manera certera.
Por @paolagcv
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