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¿Dejas todo para última hora?

    Si eres amante de la adrenalina, acostumbras a terminar el informe de la clase en la madrugada previa a su entrega y repites infinitamente la frase “es que no tuve tiempo” como respuesta ante cualquier explicación, seguramente padeces del síndrome de la PROCRASTINACIÓN: El hábito o costumbre de dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, sustituyéndolo por actividades de ocio y placer para evadir diligencias que consideras estresantes.

     Para la Psicóloga clínica, Yeyra Mata, las causas de esta epidemia son multifactoriales, además están estrechamente ligadas al auto concepto y la personalidad. No obstante, es una conducta que puede ser producto de la depresión u otros trastornos, por lo que es recomendable acudir a un especialista para tratar los síntomas.


Tres formas de manifestación


Por Evasión: Se evita por completo iniciar la actividad por temor al fracaso, sus bases están sentada en la baja autoestima del individuo.

Por Activación: Aunque también se encuentra vinculada con la baja autoestima, el sujeto se plantea exigencias desmedidas que llevan a la evasión.

Por indecisión: En este escenario, la persona tiene muchas ideas para ejecutar el plan, sin embargo no decide cómo iniciar y desperdicia su tiempo.

Cinco consecuencias negativas


 
Rabia

Ansiedad

Sentimiento de culpa

Pérdida de la productividad

Juicios de valor negativo hacia la persona, puesto que es irresponsable con la entrega de sus actividades.

¿Cómo afrontarlo?

     En primer lugar el sujeto debe tomar conciencia de su condición para eliminar el hábito. Asimismo, existen técnicas que se pueden emplear para dar la cara a la situación, las cuales se describen a continuación:

¡La Lista!

Elabora una lista de las actividades y dale un grado de prioridad en una escala del 1 al 10 a cada una de ellas.

¡El Tiempo!

Distribuye el tiempo según las tareas que debes hacer.

¡Metas!

Establece metas a corto plazo.

¡El Entorno!

Busca un ambiente tranquilo para realizar la tarea.

¡La Autovaloración!

Felicítate por los logros obtenidos.

¡Un Lema!

Aplica siempre la frase “No dejaré para mañana lo que puedo hacer hoy”
.

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